El Hatha Yoga Pradipika, escrito por Suami Suatmarama en el S. XV dc, es el texto más antiguo sobre el estilo Hatha Yoga. Y por lo tanto todo desarrollo posterior de los estilos de yoga tiene su raíz en este texto principalmente, aunque también existen otros textos de hatha yoga menos conocidos.
Para contextualizar mejor este texto hemos de comprender que el Hatha Yoga es un camino para conseguir la liberación y la iluminación a través de la base y aceptación del cuerpo físico, para purificarlo con la alimentación, ásanas, pranayamas y mudras y así acceder más fácilmente a la calma mental y la meditación, el contacto con el Vacío y con el verdadero ser que allí mora, y que las ilusiones de maya y el ego mantienen en la ignorancia.
Por lo tanto está dentro de la tradición más amplia del Tantra. Esta corriente cultural es adualista y más abierta y horizontal que el Yoga primigenio de raíz brahmánica (dualista, patriarcal y jerárquica) que está más centrado en la renuncia radical de todo lo considerado impuro (cuerpo, emociones, mujeres, sexo, etc…) precisamente por la afirmación dualista/maniquea de la realidad.
El libro está estructurado en 389 sutras divididos en 4 capítulos:
En el primer capítulo trata de los requisitos para la práctica y las ásanas principales.
En el segundo capítulo habla de las técnicas de respiración y de purificación física y energética.
En el tercer capítulo se adentra más en la anatomía energética y como canalizar la energía con diferentes técnicas.
El cuarto capítulo prosigue el tercero y explica la naturaleza de Samadhi y los estadios avanzados de la práctica para alcanzarlo.
Capítulo 1
Suami atribuye este texto no a sí mismo sino a una revelación del dios Shiva a su esposa Párvati.
Se deja claro que el objetivo del hatha yoga es el raja yoga, es decir, la liberación del verdadero ser y su fusión con el universo. Es decir, el Hatha Yoga es un camino no un fin. Este no es un camino meramente intelectual, pues en la razón proliferan muchas doctrinas en conflicto, sino un método integral que supera la dualidad y el conflicto en el estado de raja yoga.
Tanto aquí como más adelante se insiste que la transmisión del conocimiento de esta práctica no debe ser divulgado a los cuatro vientos sino ser practicado en secreto de maestro a díscipulo para que la práctica no pierda su poder.
La práctica de yoga requiere aislamiento de ambientes que distraigan y no sean armónicos, eso no quiere decir que no pueda tener relaciones con nadie pero hay que evitar las relaciones superfluas. Hay que practicar constantemente y la tutoría de un gurú que te enseñe el camino. Debe cultivar la fe y la perseverancia, no hablar por hablar y no apegarse a un ascetismo exagerado.
Por eso mismo no se aconsejan los ayunos, sino la comida sana, equilibrada y moderada. Es importante dedicar la comida a la divinidad y dejar un poco del estómago vacío al comer, no llenarse.
Como base de su práctica el discípulo tiene que practicar las yamas y las niyamas. Estas constituyen una serie de actitudes morales para con uno mismo y los con los demás. Ser mejor persona según valores que son comunes a distintas culturas, no sólo la India. Las más importantes son la moderación en la dieta y ahimsa (no violencia).
Una vez asentadas estas bases se describen los dos tipos de ásanas: las generales y las de meditación. Hay que destacar que al principio del hatha yoga, antes de evolucionar a lo que conocemos hoy, las ásanas del Pradipika son en gran parte lo que etimológicamente significa esta palabra en sánscrito, es decir, “sentado”. La más conocida de las generales en la actualidad es savasana, postura tumbada que culmina e integra las anteriores.
La más importante de las 4 meditativas es Sidhasana cuya importancia es tal que podría sustituir a las tres restantes.
En definitiva el éxito en la práctica depende como hemos dicho de evitar la pereza y ser constantes. No creer que hablando y siendo un erudito se consigue algo profundo. También se dice que el yoga es para todo el mundo, dependiendo del sexo, edad o condición física. Todo el mundo es una plataforma de lanzamiento para conocer su atman, su verdadera naturaleza más allá del ego individual.
Capítulo 2
Los pranayama son técnicas de respiración cuyo objeto es la purificación de los canales energéticos llamados nadi para que el prana pueda circular libremente por ellos y acceder al canal central sushumna, que es donde el prana debe ascender hasta llegar a bramarandra, el lugar donde lo individual y lo universal se funden en uno.
La respiración y el estado mental son como un espejo. Si una está agitada o en calma la otra también. Por eso los pranayama son un puente que conecta el cuerpo físico con los cuerpos energéticos y mental, más sutiles.
Hay que tener cuidado con su práctica (que incluye 8 tipos de kumbakas o retenciones) pues así como los pranayama pueden curar enfermedades también pueden causarlas por una mala práctica.
Los pranayamas se combinan con 3 llaves para “pastorear” la energía en diferentes direcciones, fundamentalmente arriba y abajo: Jalandhara bhanda, mula bandha y uddiyana bandha. El fin es llevar el prana a los prados de Sushumma donde crecen mejor los frutos de la práctica.
A modo de ejemplo y resumiendo comento Bhastrika o respiración de fuelle:
Se respira como un herrero manejando un fuelle con fuerza, tanto la inspiración como la expiración. Esto estimula la circulación del prana. Al terminar el movimiento de fuelle se cierran las fosas nasales con los dedos, se hace kumbaka y finalmente se expira lentamente a través del orificio Ida. En general Bhastrika equilibra los doshas y estimula el fuego del estómago, despeja los nadis y es como un despertador para la serpiente Kundalini.
El pranayama es también una vía para alcanzar el estado de raja yoga, para ello hay que vaciar la mente de todo objeto al final de la retención del kumbaka.
Los Shatkarmas son técnicas para limpiar el cuerpo para las personas que estén desequilibradas, por eso si los doshas está equilibrados no son necesarios.
Capítulo 3
En este capítulo se habla de la energía Kundalini, que es una energía cósmica que yace dormida en el chacra raíz. Con las técnicas llamadas mudra (que son diez) se despierta esta energía para que acceda a su tránsito ascendente por sushumna.
A modo de ejemplo el Mahamudra en la que aplicando jalandhara bhanda se lleva el prana hacia arriba por sushumna, estirando la kundalini despertada. Los efectos de esta práctica son muy profundos, destruyendo incluso los kleshas, que son la raíz de nuestro karma personal y al cual no tenemos acceso con nuestra voluntad ordinaria para ser sanado.
Hay un mudra que sirve para que la somarasa de la cabeza (“néctar de la luna celestial”) no se malgaste cayendo en el fuego gástrico y por tanto acelere el envejecimiento. Se trata de Viparitakaranimudra. Al ser una posición invertida el néctar no se vierte en el plexo solar donde sería consumido.
Otras técnicas como Vajrolimudra y Sahajolimudra son técnicas tántricas de retención de bindu (fluidos orgásmicos) para alcanzar la liberación a través de la experiencia sensual.
Capítulo 4
El estado de samadhi es la culminación del proceso, este término es sinónimo de raja yoga que, como ya hemos visto, es un estado donde la mente individual se disuelve con el atman (“yo profundo”, “el si-mismo” conectado con el universo) al igual que la sal se disuelve en el agua.
Esta es una manera de decir lo que ya el propio significado de la palabra “yoga” expresa: la cesación de los vaivenes de la mente. Cuando ésta reposa en la “nada” (sonido celestial y Om, una especie de banda sonora del Vacío por llamarlo de alguna manera).
Este estado nos hace entender mejor lo que se dijo en la introducción del Capítulo 1 cuando se refería a la práctica del yoga como una superación de la filosofía (conocimiento discursivo, conceptual y racional) y las palabras, que siempre proliferan en oposición y conflicto (principio de no-contradicción formulado en occidente por Parménides) generando el teatro dualista de maya. Donde a todo A se le puede refutar con un no-A.
Por lo tanto, en este estado de disolución del pensamiento ordinario el sujeto que conoce, el objeto del conocimiento y el proceso que se da entre ellos deja de tener sentido. Pues no hay “separación” en el estado de samadhi.
Maya e Ignoracia son eso: “separación”.
Cuando, por el contrario, se consigue la “unión” se arrancan las raíces/cadenas del karma más profundas y se consigue la liberación/iluminación (ananda).
El estado de ananda se define también como una alegría pura, sin sujeto ni objeto. Este estado de alegría es indistinguible de la paz que se siente cuando cesan los engañosos conflictos producidos por los vaivenes de la mente y sus categorizaciones que “separan” la realidad en compartimentos estancos en conflicto.
Esto coincide en occidente cuando Heráclito caracteriza el mundo físico en constante devenir y de cómo este movimiento perpetuo de lo que en la India llaman “maya” está producido por la oposición de los Opuestos (“la guerra/conflicto es el padre de todas las cosas” dice Heráclito)
En definitiva, la integración mental en la Conciencia se llama raja yoga y es el objetivo de todas las técnicas del hatha yoga aquí resumidas.